Not all what shine is gold, but it's probably worth dying for [Agora]

El puerto de Roma era un monumento a la fastuosidad en cada sentido. Había escuchado de historias que de puertos que elevaban la categoría de exuberancia a niveles desconocidos, algo que por mucho que lo escuchara no daría crédito alguno. -Hazme caso Ygg, es una estatua de mas de cien hombres de altura. -pero solo de imaginarmelo no me daba vértigo, sino todo lo contrario, tenía que escalar aquello, si es que existía, y sentarme en lo alto de la cabeza de aquel coloso de piedra. -Lo vi con mis propios ojos, cuando no era mas que un criajo como tu. -giré mi rostro para mirarle con una ceja alzada.

-Pero si me sacas una estación, y llevas en Roma muchos mas años que yo. -farfullé desde lo alto de aquella edificacion que se asentaba justo entre donde los barcos amarraban y donde la gente transitaba. El bullicio no se detenía pero era muy hermoso, sí. El dia relucía con esplendor, habían pasado los primeros rayos de sol del mediodia y la tarde comenzaba pero lo bueno de ser desechos del mundo es que el mundo no te presta atención. Siri era un chico de mi edad, de hecho creo que solo nos sacabamos un mes y medio pero el siempre insiste en que es un poco mas, a veces dos meces, otras veces llega hasta medio largo año.

En lo alto de aquella pasarela hacia el vacío pasabamos a veces las tardes, hablando, sin hacer nada mas. Podías subir por los andamios de las obras que nunca habian finalizado y que creo no lo harían breve. Nadie te miraba pues estabamos encima de ellos y el rumor del mar, de la gente y del agua casi tapaban la sangre que manchaba esta ciudad y la mierda que salia de todas sus calles. Él era un poco mas alto que yo, igual de escualido, vestía colores muy intensos mientras que yo optaba por otros mas apagados, ninguno colaría como una persona de clase baja, nosotros perteneciamos al subsuelo en las clases pero el era un ladron de profesión y yo alguien que no era mas que una herramienta parlante asi que hacíamos buena pareja. Él rubio como el oro y los ojos verdes, y yo azabache con los ojos azules. De no ser porque no nos pareciamos ni en el blanco de los ojos ¡pasaríamos como hermanos!

-Eh, Ygg, mira a esa. -señaló a mi derecha, seguí el punto que marcaba trazando una linea y durante un segundo no supe que buscaba hasta que la vi. Una preciosa mujer que no aparentaba mas de veinticinco años pero siempre habia sido malo diciendo la edad de una mujer. -Tres a que le quito lo que lleve encima y además descubro que tipo de lencería usa.

Reí ampliamente ante aquello, aunque algo dentro de mi se me hizo familiar al verla. Era muy atrctiva, como la chica que había conocido en aquel mercado, era capaz de cegarte incluso cuando no la mirabas. -Siete a que no consigues ni quitarle una sola moneda. -el frunció el ceño y extendio la mano ante lo cual hice lo mismo y la apreté contra la mia. -Adelante Siri Dedosagiles. -anuncié siguiendo con la mirada como se dirigía hacia atrás para bajar por el andamio, pero lo que el no sabia era que yo no iba a perder. Le seguí hasta abajo de forma sigilosa, la mujer en cuestions e detuvo para hablar con alguien, grave error, la atencion siempre ha de estar en uno mismo. Mantuve las distancias en todo momento, a unos diez metros, crucé mis brazos y le miré, a ver como se las apañaba el señor 'dedosagiles'.

Usó la tecnica del golpe por la espalda, descolocas a la persona y además consigues apoyarte en ella de forma 'inconsciente' y le quitas todo lo que lleve, no obstante cuando él sacó su mano para agarrar aquel paquete que probablemente era una bolsa reluciente de monedas (pues podíamos detectar el dinero escuchando el chirriar de las monedas) y justo cuando su brazo se separó de ella, y sostenía de forma oculta el paquete de monedas, corrí de forma sigilosa y le golpeé con mis caderas, haciendo que su inercia le empujara al fondo del mar y atrapara la bolsa de monedas en la mano.

Siri cayó al agua, nada demasiado grave ni doloroso, y vociferó algunos improperios que probablemente tuviera que pagar despues pero que mas daba, puede que él la viera primero pero yo había ganado. -Creo que esto es vuestro. -ladee mi cuerpo para quedar frente a ella y evidentemente mis sospechas se confirmaron a corto alcance, era igual de hermosa que aquella chica, y su presencia era similar. Igual estaba un poco atontado por su belleza, lo cual no era tan descabellado. -Los ladrones suelen usar ese truco, pero no podía permitir que robaran a tal preciosidad. -aseguré con una encantadora sonrisa, me golpearan o adulararan, me insultaran o me consintieran, siempre sonreía.